El asma es una enfermedad prolongada que no tiene cura, aunque se puede lograr reducir sus síntomas hasta de manera significativa. El objetivo del tratamiento es controlar la enfermedad:
– Reducir los síntomas crónicos y molestos, como la tos y la dificultad para respirar).
– Ayudar a mantener los pulmones en buen funcionamiento.
– Permitir mantener un nivel normal de actividad (dormir toda la noche, hacer deporte, etc).
– Prevenir ataques de asma que podrían requerir una visita al servicio de emergencias ó una hospitalización.
El tratamiento consiste principalmente en 3 áreas de acción:
1) Control de la función pulmonar: Es el primer elemento en el diagnostico del asma, como se menciona en la sección diagnostico. A través de las pruebas de espirometria se diagnostica por un lado el asma, y por otro se determina el grado de obstrucción/inflamación de las vías respiratorias.
En el manejo diario posterior al diagnostico, el uso de Medidores de Flujo Pico y, en algunos casos, los Oximetros, permite hacer un seguimiento, desde el hogar, al funcionamiento pulmonar.
2) Control de “disparadores”: Como ya se ha mencionado el asma se ve exacerbada por diferentes “disparadores” o elementos que causan la presencia de síntomas o ataques. Parte indispensable del trabajo de manejo del asma es identificarlos y evitarlos. Un manejo constante y responsable de reducción y evitamiento de los disparadores puede ayudar a reducir fuertemente los síntomas y episodios asmáticos. Sobre esto se habla en la sección “vivir con asma”.
3) Uso de medicinas: Estas tienen como objetivo la reducción de la inflamación de las vías respiratorias (medicamentos de control- Antiinflamatorios), así como el de eliminar o controlar los bronco-espasmos (medicamentos de alivio – Broncodilatadores). Es muy importante distinguir su función, puesto que el rápido alivio generado por los segundos lleva a veces a los pacientes a usarlos en sustitución de los primeros, agravando la enfermedad.
Los medicamentos de control, antiinflamatorios, tienen como función principal la reducción de la inflamación en las vías respiratorias. Su objetivo es controlar la enfermedad en el mediano y largo plazo. Su acción no es inmediata, por lo que no son efectivos en el control de un ataque de asma (para el que se utilizan los medicamentos de alivio).
Existen diversos tipos de medicamentos de control. Entre ellos los más importantes son:
Administrados vía inhaladores, actúan reduciendo la mucosa bronquial característica del asma. De este modo el riego de un broncoespasmo se reduce, del mismo modo que los síntomas. Estos medicamentos se utilizan desde hace más de 20 años en pacientes con asma persistente. Las dosis varían dependiendo del nivel de asma del paciente y su uso es prolongado y por ciclos indicados por el médico. Su acción es percibida a los 2 o 3 días de iniciado el tratamiento, pero mejora considerablemente la calidad de vida del paciente asmático en el mediano y largo plazo. En caso de asma grave el médico podría prescribir, por corto plazo, el uso de cortico esteroides líquidos o en pastillas. En general los efectos secundarios de los corticoesteroides inhalados son pocos. Uno de ellos es una infección de boca llamada “Candiosis bucal” o “Muguet”, que es causada por el contacto directo de la medicina con la boca. El uso de “Espaciadores” o “Inhalocamaras” o “Aerocamaras” evita esta infección. Los corticoesteroides liquidos o en pastilla, por el contrario, elevan el riesgo de cataratas y osteoporosis.
Se administran vía inhaladores, y son usados principalmente para el asma alérgica leve, sobre todo en niños. No son útiles en caso de asma aguda. Su uso continuado evita la aparición de síntomas, debido a que evita la liberación de sustancias inflamatorias en los bronquios de los pacientes asmáticos.
Estos se administran de forma oral, en pastillas. Su objetivo es bloquear la acción inflamatoria y bronco-constrictora de los “Leucotrienos” liberados en las reacciones alérgicas.
Todas las personas que sufren asma necesitan medicinas de alivio rápido para evitar y aliviar los síntomas. Estas medicinas actúan de inmediato relajando durante una crisis los músculos tensos que rodean las vías respiratorias. Así estas se despejan y dejan pasar el aire.A diferencia de las medicinas de control, que deben de tomarse de manera constante y regular, estos deben tomarse al presentarse síntomas del asma, de acuerdo al plan de acción indicado por el médico. La necesidad por más de dos semanas de las medicinas de alivio puede significar que un cambio de medicina puede ser necesario.Las medicinas de alivio rápido deben SIEMPRE estar a la mano del asmático. Si es su hijo el que tiene asma, asegúrese de que todas las personas encargadas de su cuidado tengan las medicinas de alivio rápido del niño, entre ellas el personal de la escuela a la que asiste el niño. Estas personas deben entender cuándo y cómo usar estas medicinas y cuándo es necesario buscar atención médica para el niño.Las medicinas de alivio pueden ser de VITAL importancia en caso de ataques agudos, como medida previa a una eventual hospitalización.Las medicinas de alivio rápido no deben ser utilizadas en lugar de las medicinas de control a largo plazo que le recetaron. Las medicinas de alivio rápido no reducen la inflamación, solo controlan los síntomas y ataques en el corto plazo.
Se utilizan vía inhaladores o vía pastillas. Estos son los medicamentos más efectivos en la presencia de síntomas de asma, debido a su potente y rápido efecto bronco-dilatador. Su efecto se percibe a los 15 minutos de administrados, y su duración es de 4 a 6 horas. Sus efectos secundarios, sobre todo en el uso de pastillas, son principalmente la taquicardia, la hiperglucemia, hipopotasemia y la hipomagnesemia.
Se usan via inhalación, y normalmente en combinación con el Salbutamol. Estos bloquean la contracción de los músculos de las vías respiratorias Frecuentemente tiene efectos secundarios como sequedad de boca, sabor amargo, nauseas, molestias abdominales, cefalea y nerviosismo. Se pueden también presentar taquicardia, hipotensión, midriasis, hipertensión intraocular e insomnio.
